ASCENSIÓN AL
“MISIONELLO” (Desde Casasuertes)
(Javier Gallego)
Este
primer domingo de primavera hemos decidido acercarnos hasta Casasuertes para
ascender al pico Redondo o Pandián, que ya he subido en dos ocasiones
anteriores. No fue posible una tercera en esta ocasión por varias
circunstancias que luego relataré, quedando en otra cumbre más baja en el mismo
cordal, el Misionello.
Nos
hemos reunido en Guzmán los 5 participantes de esta salida: Marcial, José Luis,
Álvaro, Antonio y yo, saliendo a las 8:00 horas en mi furgoneta hacia el
destino. Por la autovía llegamos a Puente Villarente desviándonos hacia Boñar
primero y a la carretera de Riaño luego mientras la nieve nos caía encima. En
esta localidad hemos parado unos minutos a tomar un refrigerio antes de
proseguir hacia Casasuertes encontrándonos la carretera hacia el mismo cubierta
por una capa blanca con la que había que extremar la precaución. En un prado
vimos una manada de caballos y poco antes de llegar al pueblo encontramos una
cascada que manaba de la misma roca.
Sobre
las 10:15 horas llegamos a Casasuertes, 1233 m, atravesándolo por su calle
principal hasta la salida donde aparcamos. Algunos claros se abrían en el
cielo, aunque seguían amenazantes los nubarrones. Nos sacamos una foto de grupo
y a las 10:30 horas emprendimos la marcha por la misma calle de llegada
cubierta de nieve. Nada más dejar atrás la señal con el nombre del pueblo
abandonamos la carretera para cruzar un puente sobre el río Orza y meternos en
un sendero con dirección Oeste paralelo a éste y a la carretera y que fue
ganando altura suavemente hasta internarse en un hayedo que a tramos nos
envolvía.
Tras
unos 500 metros recorridos comenzamos a girar hacia el Sur para entrar en el
valle del río Misón que bajaba por nuestra derecha. Por él avanzamos ahora
manteniendo más o menos la altura hasta llegar a un segundo puente. Nos pasó
éste a la margen contraria del río donde enlazamos con un ancho camino que
venía desde la parte baja y que salía de la misma carretera de Casasuertes.
Pisando nieve marchamos por él mismo mientras ascendíamos cómodamente hasta un
tercer puente. Este paso era un tanto endeble, de troncos cubiertos de nieve y
resbaladizos que cruzamos con tiento para no caer al cauce. Ya por el lado contrario
continuamos la marcha mientras el camino describía algunas curvas siguiendo la
orografía del valle. El siguiente paso lo encontramos aún peor, no había
puente, aunque en la ocasión anterior sí lo había, viendo ahora las fotos. El
ancho del río allí hacía imposible saltarlo y tuvimos que meternos por la
ladera rocosa y resbaladiza para buscar más adelante un tramo más estrecho
donde poder hacerlo por otra rama sobre él. Lo conseguimos y entramos de nuevo
al camino mientras íbamos retrasando la marcha con todo ello.
No
fue el ultimo cruce del río que hicimos, aunque el siguiente fue innecesario.
Lo hicimos sobre unos troncos de árboles caídos sobre el cauce y seguimos el
camino ancho hacia arriba. Pues bien, me dio por mirar el GPS, en el que
llevaba una ruta marcada, viendo que en ese paso anterior era donde se cerraba
un lazo de ida y vuelta cogiendo nosotros el equivocado. Solo habíamos caminado
250 metros cuando me di cuenta del error teniendo que retroceder y cruzar de
nuevo los troncos para seguir por la misma margen.
Desde
allí entramos a un sendero que se metió a la ladera derecha del valle subiendo
oblicuamente y que conseguimos reconocer entre las escobas y la nieve gracias
al GPS y lo poco que intuíamos. Esta nieve recién caída nos ralentizaba y nos
retrasaba aún la más marcha. Nos situamos así de frente a la cresta de la loma
que remontamos trazando algunos cortos zigzag ganando altura más rápidamente
hacia la cumbre del Misionello. Tras ascender varios metros entramos entre un
bosque de robles donde la nieve se acumulaba de forma más abrupta y costaba
avanzar por ella, por lo que nos íbamos relevando para abrir huella. Yo vi en
el GPS que la ruta rodeaba la cima hacia un collado posterior, pero viendo que
era casi más fácil seguir hacia ella, continuamos sin variar el rumbo. La cima
del Redondo estaba en esos momentos cerrada por la niebla aunque había claros
entre ella.
A las
13:15 horas alcanzábamos la cumbre del Misionello, con 1600 metros de altitud,
y en la que había algunos árboles aislados entre las rocas. Por delante
teníamos el resto de la subida hasta el Redondo con muchas palas de nieve en
medio y 400 metros aún por encima. Solo Álvaro estaba animado a seguir y yo
medio convencido. El resto prefería acomodarse y dejarlo para otra ocasión.
Aunque ahora no estaba muy cerrado el cielo, por el Noroeste aún se veían
numerosos nubarrones amenazantes. El GPS nos marcaba 4,730 Km hasta allí y
1,600 Km en línea recta al Redondo.
Dado
que no había muchos ánimos para seguir, nos sacamos un foto de grupo y nos
acomodamos a la vera de unas rocas para comer. Este día era el cumpleaños de mi
hermana y la llamé para felicitarla desde allí, no antes de que Antonio lo
hiciera para hacerle una gracia con el “cambio de prefijo”.
Al
abrigo de aquellas rocas comimos tranquilamente mientras se abrían más claros
en la parte alta. Desde allí no se veía Casasuertes por la arboleda, aunque sí
lo habíamos visto metros antes de llegar. También contemplábamos algunas
cumbres entre las nieblas, pero no sé decir exactamente cuales eran. En una
grieta de la roca dejamos nuestra tarjeta antes de emprender el descenso a las
14:30 horas.
Lo
hicimos hacia el collado Misionello, 1574 m, dónde teníamos que haber llegado
al subir. El sendero desde allí estaba poco marcado y tuvimos que retroceder
unos metros para dar con el mismo. Nos metió entonces por debajo de la cumbre
rocosa entre escobas y matorral en el valle del mismo nombre hasta llegar al
arroyo. Los rayos del sol dibujaban formas con las sombras de las ramas de los
árboles en la nieve creando bonitos rincones. En algunos lugares cercanos al
cauce la nieve tenía más de un metro de espesor y nos hundíamos hasta casi la
cintura, aunque apenas eran unos pocos los tramos que cruzamos así. Esta misma
nieve formaba bellas cornisas sobre el arroyo Misionello delante de las cuales
nos sacamos algunas fotos. Ya en la parte baja cruzamos algunas praderas en las
que convivía la nieve con las primeras flores de esta primavera recién
estrenada.
Sin
abandonar el sendero, que iba bajando hacia el valle principal, cerramos el
lazo en el punto donde nos habíamos echado por la loma arriba al subir.
Siguiendo ya las huellas anteriores bajamos hasta el río Misón donde enlazamos
con el ancho camino. Por él avanzamos un trecho antes de cruzar el río por la
estrecha rama y encaramarnos por la ladera contraria para evitar el paso
inundado del camino y salir al otro lado.
De
nuevo en el camino seguimos bajando hasta llegar al puentecillo de troncos
endebles que al cruzar esta vez astilló uno de los leños en los que se apoyaba.
Nos metimos entre el bosque pelado y llegamos al último puente de este valle,
bien armado y de madera firme, por el que nos incorporamos al estrecho sendero.
Ganamos altura sobre el río y en este tramo nos detuvimos un rato a charlar
tranquilamente dado la hora temprana que era. Ya teníamos la carretera a la
vista y enseguida cambiamos de dirección para meternos al valle del río Orza
paralelos a él y a dicha carretera. El sol lucía en esos momentos dando al
paisaje un brillo especial. Echando la vista atrás podíamos ver la cumbre
nevada del Redondo, que ya hemos decidido ascender más adelante.
A la
orilla de la carretera vimos la cascada que manaba de la misma roca y un poco
por encima dos pequeñas cuevas. No tardamos en divisar las primeras casas del
pueblo al que entramos tras cruzar el puente sobre el Orza cuando eran las
17:00 horas. En una fuente cercana hemos lavado las polainas y botas antes de
cruzar el pueblo hacia su final donde teníamos la furgoneta. Un par de mastines
nos ladraron y una mastina se nos acercó a nosotros. A las 17:10 horas
terminábamos la ruta de esta jornada en la que el GPS marcaba 10,800 Kilómetros
recorridos.
Nos
cambiamos allí mismo y sobre las 17:30 horas emprendimos el viaje de regreso.
La carretera estaba ahora limpia por completo de nieve. Sin novedades hemos
llegado a Riaño donde paramos a tomar un refrigerio e hicimos las cuentas de la
salida. A las 18:30 horas retomamos la marcha y hora y media después llegábamos
a la capital.
Sin
duda la ventaja de este año al programar solo una ruta por mes, es que tenemos
12 más para poder improvisar e intentar de nuevo las que, como hoy, nos queden
frustradas.
ENLACE TRACK DE LA RUTA:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6439143