1ª ASCENSIÓN A LA “PEÑA LOS CASTROS”. (Sabero). (Belén de Cumbres).
13-12-15 (Domingo)
(Javier Gallego)
De
nuevo llegamos al final de año y lo cerramos con el tradicional Belén de
Cumbres. En esta ocasión lo hemos colocado en la peña Los Castros, en Sabero,
en el mismo cordal de Peña Utrera y la Mailera, cumbre a la que queríamos
volver a subir y que una nueva cacería nos lo impidió. Tampoco había sido la
primera opción. Habíamos pensado ponerlo en la Peña Perico, al otro lado del
valle, pero el día antes descubrimos que otro club de León lo iba a colocar
allí también y opté por cambiarlo para no coincidir.
Diez
fuimos los animados a esta ruta: Alex, Álvaro, Mateo, José Luis R., Juan, José
Luis N., Eva, David, Eva A. y yo. En Guzmán me llevé una grata sorpresa al
comprobar que la amiga que venía con Eva, y tocaya suya, era Eva Arboleya,
antigua compañera del club que salió con nosotros en varias ocasiones hace unos
10 años. La acompañaba su hijo David de 10 años. También venía José Luis Nieto,
otro socio de antaño que incluso estuvo cuando salíamos con el Club Don Bosco y
al comienzo del Cumbres de León. Mateo también hacía una buena temporada que no
nos acompañaba. Como se ve, esta ruta sirvió para reunir a varios antiguos
compañeros/as de hace algún tiempo, y se agradece.
Salimos
a las 10 de la mañana en mi furgoneta y el coche de Alex. Con el cielo nublado
avanzamos hasta Boñar donde paramos a tomar un café. Yo decidí no hacerlo. Tras
la cena de trabajo de la noche antes, en la que me había acostado a las seis de
la mañana, no tenía el cuerpo para mucho. Continuamos hasta Sabero, 924 m,
donde llegamos a las 11:40 horas, aparcando en las cercanías del Museo de la
Minería, como la vez anterior.
Allí
nos preparamos para la ruta y nos repartimos los turrones, cavas, etc, que
llevábamos para celebrar la Navidad. Nos sacamos una foto de grupo y a las
12:00 horas del mediodía emprendíamos la marcha por la Ruta de las Minas que en
marzo pasado habíamos hecho completa. Pasamos al lado del museo antes de
comenzar a subir por una calle adoquinada hacia la ermita de San Blas que dejamos
a un lado. A partir de ella el adoquinado de piedra desapareció para continuar
por un camino de tierra entre arboleda. Entre ella tuvimos una amplia
panorámica de Sabero.
No
tardamos en llegar al merendero de la Fuente de La Muela con una pequeña casita
y huerta cercanas. Por el ancho camino ganamos altura mientras se mantenía
nublado y la previsión era de lluvia por la tarde. Dejamos también a un lado el
desvío a la Cueva de El Trigal y el Roblón de la Plata mientras entre la
arboleda veíamos algunas cumbres al Norte, hacia donde nos dirigíamos. Fue
entonces cuando vimos el primero de los cazadores apostados en las rocas y
alguien comentó haber visto un cartel abajo de cacería, pero no le prestó mucha
atención ya que parecía llevar tiempo allí puesto. Estaba en la cresta de la
cumbre a la que íbamos y enseguida vimos alguno más en la parte alta. Para
evitar problemas decidí allí mismo que íbamos a subir hacia la parte contraria,
esperando no encontrar por allí a estos individuos.
Llegamos
a una curva cerrada en la que abandonamos la Ruta de las Minas para emprender
el ascenso a la collada por otro camino. Aquí nos encontramos a una joven con
un perro con la que charlamos unos minutos. En esta bifurcación se emplaza la
Mina de La Plata de la que solo puede verse unas cavidades en la roca entre
vegetación cerrada. Las escobas altas escoltaban esta parte del camino hacia la
collada que pasa a Alejico y a la que llegamos a las 13:10 horas. Estábamos a
1239 metros y habíamos caminado 2,500 Km. Allí había cuatro todoterrenos
aparcados de los cazadores.
Nos
encaminamos en dirección contraria a la peña Mailera siguiendo la cresta
divisoria del valle de Sabero y el del Esla. La niebla impedía ver las cumbres
más altas, pero sí los valles. En éste último veíamos Verdiago y en el de
Sabero el pueblo de Olleros, no tardamos en divisar también Sabero. Por la
parte alta de la sierra avanzamos hacia el Oeste pasando por las peñas en las
que habíamos parado cerca de una hora la vez anterior. Ahora estábamos haciéndolo
en sentido contrario. Seguimos caminando hacia el Oeste con dirección a otras
rocas más altas a las que llegamos a las 13:40 horas.
Estábamos
a 1324 metros de altitud y habíamos caminado 3,100 Km. En esos momentos no
sabíamos el nombre de la cima y luego en Internet averigüé que eran Los
Castros. El cielo estaba cada vez más oscurecido y no demoramos la colocación
del belén entre unas rocas de esta cumbre. Alrededor colocamos los turrones,
bebidas, etc. para sacar la foto oficial del mismo. Comimos un poco, yo solo
una manzana ya que el estómago lo tenía un tanto pesado, y luego comenzamos la
celebración. El frío se aguantaba bien al no ser muy intenso y los turrones y
la bebida ayudaban a combatirlo. Con las panderetas y las “chuletas” de los villancicos
fuimos entonando los mismos desafinando más de la cuenta, al menos por mi
parte, que tenía la garganta un tanto tocada.
Antes de que la niebla se cerrase por completo sin apenas darnos cuenta,
pudimos ver parte de las cumbres más cercanas como el Moro, Peña Corada, y las
de la parte Sur del Valle de Sabero que íbamos a subir como primera opción.
Todas ellas tenían su parte más alta cerrada por la niebla que ahora nos cubría
a nosotros.
A las
15:45 horas emprendimos el descenso divididos en dos grupos. La idea era bajar
y enlazar con la ruta de subida de la vez anterior para ver si podíamos ver el
Roblón de la Plata, que no conseguimos localizar dicho domingo. Entre la niebla
perdimos altura guiados por el GPS mío con dirección al trazado de aquel día.
En medio de la loma encontramos un pequeño agujero que luego se ensanchaba y de
gran profundidad como comprobamos tirando una piedra en él. Para llegar a la
vaguada correcta tuvimos que descender una canal de unos 15 metros donde había
que destrepar un tramo sin dificultad alguna. En la parte baja nos reagrupamos
todos para meternos en el bosque en el que José Luis dio con el Roblón de la
Plata por casualidad.
Este
ejemplar tiene unos 700 años de antigüedad con un diámetro máximo de 8,40 m y
17,5 metros de altura. La disposición de sus enormes ramas hacen del mismo un
ejemplar de gran envergadura. El perímetro está cercado y hay un banco y un
panel informativo dentro. Nos sacamos unas cuantas fotos antes de continuar el
descenso por el sendero bien marcado hasta llegar al arroyo tras el cual estaba
la otra senda por la que en marzo habíamos subido nosotros. Aún con el día ya
cayendo, algunos decidimos intentar llegar a la cueva de El Trigal. Por dicha
senda comenzamos a subir siguiendo algunos hitos que encontrábamos. En aquella
ocasión la nieve nos había despistado y nos fuimos hacia la parte contraria.
En
este grupo íbamos Mateo, Álvaro, Eva, José Luis, Eva A. David y yo. Al llegar a
otro punto José Luis, Eva y yo decidimos no subir más. Al final ellos la
encontraron más arriba. Se trata de una cueva con un par de grandes salas y
numerosas formaciones que merecen la pena ver. Volveremos en otra ocasión.
Ya
era de noche cuando volvieron y emprendimos el descenso mientras se escapan
algunas gotas de lluvia. El sendero nos llevó al camino principal poco antes
del merendero. Enseguida vimos las luces del pueblo en el que entramos a las
18:45 horas. José Luis N., Alex y Juan habían tomado un refrigerio en el bar y
esperaban en el coche. Averiguamos entonces que el museo estaba abierto aún y
que además se podía visitar de forma gratuita los domingos por la tarde, por lo
que entramos a verlo.
En
este “Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León” pueden verse
numerosos artilugios de los usados en dicha actividad así como minerales
extraídos. Vagonetas, calderas, martillos pilones, taladros, extractores, etc,
así como una gran maqueta del valle de Sabero, todo ello con paneles
explicativos. El edificio en sí ya es digno de visitar ya que se ha usado la antigua
Ferrería de San Blas y su estructura de arcos de piedra y ladrillo es
espectacular. Por último nos enseñaron la antigua botica, en funcionamiento
hasta hace pocos años, y que se mantiene restaurada con el aspecto típico de
las farmacias de 1892 cuando se inauguró.
Tras
esta grata visita salimos para emprender la vuelta a León cuando eran las 19:40
horas. Al llegar al desvío de Boñar me paró la Guardia Civil para hacerme un
control de alcoholemia. En Boñar nos tomamos un refrigerio e hicimos la cuentas
de la salida. Llovía cuando salimos a las 20:50 horas. Sin novedad hicimos este
regreso a la capital donde llegamos a las 21:45 horas. En Guzmán quedaron
algunos compañeros y acerqué a José Luis a Trobajo, por la mañana le había
recogido también allí. Poco después de las diez de la noche llegaba yo a casa.
Terminamos
de esta forma las actividades del club Cumbres de León de este 2015, y si nadie
lo remedia, de su andadura de 16 años. Yo ya he comunicado al presidente mi
decisión de abandonar la organización de las rutas del club. La escasa
participación en las salidas no merece la pena dicha dedicación. Eva Arboleya
ha dicho hoy que igual se anima a recoger el testigo, pero lo tendrá que
confirmar. Ya se verá. Eso sí, una cosa es no hacerlas oficiales del club y
otra dejar de salir, y mientras pueda, lo haré.
MAPA ESQUEMA
ENLACE RUTA GPS:
LEÓN
SABERO
ERMITA DE SAN BLAS
MERENDERO DE LA FUENTE DE LA MUELA
RUTA DE LAS MINAS
COLLADO
VALLE DE SABERO
PEÑA LOS CASTROS
JOSÉ LUIS CON UNA SUDADERA DE LA ANTIGUA SECCIÓN DE MONTAÑA DEL BOSCO
DESCENSO
ENTRANDO EN EL BOSQUE
ROBLÓN DE LA PLATA
BAJANDO ANOCHECIDO
MUSEO DE LA MINERÍA
ANTIGUA BOTICA
BOÑAR
LEÓN