YA CASI FINALIZANDO EL AÑO MONTAÑERO DEL CLUB, HEMOS REALIZADO ESTA ASCENSIÓN A PEÑA VALDORRIA DESDE EL MISMO RÍO CURUEÑO. AUNQUE DE DESNIVEL CONSIDERABLE, UNOS 900 METROS, NO RESULTÓ COMPLICADA LA MISMA Y EL BUEN TIEMPO ACOMPAÑÓ PARA SU LOGRO.
(NOTA: Pinchando sobre las fotos pueden verse con la calidad original y más grandes)
Once fuimos los animados en esta ocasión a participar, aunque algunos no fueran con intención de ascender a la cumbre. Nos sacamos una foto de grupo a orillas del río Curueño con el Cueto Aucino de fondo antes de comenzar la marcha por el valle de Villarrasíl. En él se notaban ya las primeras heladas de la temporada y el sol que luego apareció se agradecía enormemente.
Antes de llegar a la cabecera de este valle abandonamos el sendero hacia la ladera norte de la sierra con dirección a la collada de Portillo del Agua. La pendiente se hacía notar, pero se subía cómodamente. Casi en este alto encontramos un arroyo totalmente congelado.
Por la cresta y algunas estrechas canales continuamos ascendiendo hacia cumbre que seguíamos sin divisar.
En ella nos sacamos otra foto de grupo con nuestro banderín insignia mientras disfrutábamos del amplio y bonito paisaje de la cordillera. Allí comimos e incluso algunos echamos una siesta aprovechando que no hacía ahora excesivo frío. Mientras, algunos compañeros se decidieron a crestear con dirección a la collada de Bucioso.
El descenso lo hicimos hacia la misma collada y una vez en ella nos echamos hacia el valle de Valdecesar para bajar al pueblo de Valdorria. El sol del atardecer hacía destacar los colores en dicho valle y así alcanzamos el camino del fondo por el que nos encauzamos hacia el pueblo, del que tuvimos una amplia vista antes de entrar.
En él bar nos tomamos un refrigerio, y como nos aconsejaron no bajar por el Bosque de las Hadas debido al gran caudal del arroyo Valdecesar, algunos optamos por subir hasta la ermita de San Froilán. Desde ella tuvimos una bella vista de Valdorria, cumbre y pueblo.
De nuevo en el pueblo emprendimos el descenso por la carretera hacia Nocedo de Curueño. Allí estaban algunos compañeros esperando en el bar y en él nos reunimos todos más tarde tras ir los conductores a por los coches a un kilómetro escaso de allí.
La luna creciente nos saludaba al comienzo del viaje de vuelta a León tras esta penúltima excursión del año.
Nos resta para terminar éste, la Cena de Navidad y el Belén de Cumbres.
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