TRAS
HACER UN PEQUEÑO CAMBIO DE PLANES EN EL CALENDARIO, OBLIGADOS POR LA
CLIMATOLOGÍA, NOS HEMOS ANIMADO A REALIZAR OTRA MARCHA NOCTURNA. CON LA LLUVIA
AMENAZANTE, Y QUE NOS RESPETÓ AL FINAL, IMPROVISAMOS ESTA RUTA EN LOS BONITOS
VALLES DE SOLLE Y LOIS.
Tras un viaje con lluvia, desapareció ésta a la altura del pantano del
Porma en el que tuvimos esta bonita panorámica. Ya en Solle nos recibió la
familia de Álvaro al lado de cuya casa nos acomodamos para cenar.
A las doce en punto emprendíamos la ruta por el valle de Reinamón, o del
Valle, contemplando las bellas formas que la luna casi llena dibujaba con las
nubes. Las siluetas de la sierra se perfilaban con la claridad de ésta. Subimos
paralelos al río del Valle entre algo de arboleda cruzando más tarde un puente
sobre este cauce. En una fuente con pilón nos sacamos una foto de grupo antes
de emprender el último tramo hacia la collada de Vioba donde encontramos algo
de ganado y perros.
Un poco por debajo de la
collada, hacia el valle de Lois, se encuentra el refugio en el que nos
detuvimos unos minutos. El camino seguía subiendo paralelo a la sierra hacia el
Sur y bordeando las vaguadas que caían hacia Lois. Desde una collada tuvimos a
la vista las luces de la presa del pantano. Enseguida llegamos a la siguiente,
la collada Hermosa, con una bonita vista del valle con un mar de nubes nocturno
bajo nosotros. Desde este punto más alto de la ruta emprendimos el descenso a
Lois, que se alejaba de nosotros...seguro.
Ya
clareando el día optamos por abandonar la idea de llegar a Lois, y en la
confluencia con el camino de la collada de Linares, comenzamos la subida hacia
éste. Comenzaban a perfilarse las siluetas de Peñas Pintas y Los Llerenes entre
otras cumbres. Pasamos al lado de otro refugio cerrado y con la niebla
envolviéndonos. llegamos a la collada de Linares.
Desde allí bajamos hacia los Puertos de Linares en los que se emplaza el
refugio en el que teníamos pensado pernoctar, aunque a esas horas no era la
palabra adecuada ya. Aún así nos acostamos unas horas a descansar en él antes
de emprender la última parte de la ruta.
El camino subía un poco hasta el collado del Puerto de Linares por el
que pasamos al valle de Solle. Dejamos atrás otro refugio y una fuente mientras
el valle se estrechaba en la parte baja.
A primera hora de la tarde entrábamos en Solle donde terminamos la ruta.
Allí nos cambiamos decidiendo ir a comer al merendero de Pardomino. Bordeamos
el pantano y nos desviamos hacia este lugar en el que nos detuvimos un rato a
reponer fuerzas. Con una última parada en Vegaquemada a tomar un refrigerio
finalizábamos esta nueva actividad del club.
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