viernes, 22 de junio de 2012

NOCTURNA "LA CERVATINA" Y "LILLO-LAGO ISOBA-COFIÑAL" 16/17-06-12

HEMOS REALIZADO LA PRIMERA DE LAS MARCHAS NOCTURNAS PROGRAMADAS PARA ESTE AÑO. SE TRATABA DE LA RUTA DE “LA CERVATINA”, EN PUEBLA DE LILLO. ADEMÁS LA HEMOS COMPLETADO CON OTRA TRAVESÍA DIURNA DESDE ESTA LOCALIDAD HASTA EL LAGO DE ISOBA Y REGRESO POR COFIÑAL. CADA UNA DE ELLAS CON UN RECORRIDO SIMILAR DE 15 KM., LO QUE SUMA UN TOTAL DE 30 KM. HECHOS DESDE LA MEDIA NOCHE HASTA LA TARDE DEL DOMINGO DURMIENDO UNAS 4 HORAS Y MEDIA ENTRE MEDIAS.

EL TIEMPO NOS ACOMPAÑÓ Y TAN SOLO CUATRO GOTAS DE LLUVIA CAYERON DURANTE LA MARCHA DEL DOMINGO.

(NOTA: Pinchando sobre las fotos pueden verse con la calidad original)



Durante el viaje de ida y de vuelta pudimos disfrutar de unos bellos contraluces en el valle del Porma. En Puebla de Lillo nos instalamos en el camping tras lo cual salimos a cenar en el parque de Las Nieves, al lado de la ermita del mismo nombre. La silueta del Susarón destacaba en el paisaje del ocaso.




Cerca de la medianoche emprendimos la marcha atravesando Puebla de Lillo hasta el comienzo de la ruta. Por la ancha pista comenzamos a subir suavemente dejando a la izquierda las lomas del Susarón en las que vimos una luciérnaga. Llegamos a la Fuente del Obispo en la que nos sacamos una foto para llegar más adelante al desvío de la opción corta de la ruta. Dejamos éste atrás y emprendimos la subida de un fuerte repecho hacia la Vega de Ternillo en la que encontramos unas vacas pastando.




Allí nos internamos en el bonito bosque de hayas entre el que se podía ver el cielo estrellado. Algunos nos metimos unos metros en él en busca de unos enormes ejemplares que habíamos visto en otras ocasiones, aunque no dimos con ellos esta vez. Aún así, la sensación de estar en medio de la oscuridad y el bosque era extraña y grata a la vez.


Llegamos a la altura de la Peña Solana, máxima cota de la ruta y emprendimos poco después el descenso hacia el valle de Támbado. En él se encuentra la bifurcación al Bosque de La Cervatina donde se emplaza un reducto de tejos centenarios. Entramos al recinto protegido por una valla contra los animales y enseguida dimos con el primero de los enormes tejos. No fue fácil dar con el resto en medio de la oscuridad, aunque encontramos algunos más.




De regreso al camino nos encontramos un gran mastín, que algunos equivocaron en un principio con lobos. No sabíamos que hacía por allí, pero se nos unió a la marcha y con su compañía retomamos el descenso por el valle de Támbado hacia la confluencia con el de Rebueno. En éste se encuentra el área recreativa de Pegarúas en la que paramos unos minutos a tomar un tentempié. De nuevo en marcha vimos cómo iba comenzando a clarear el cielo frente a nosotros.


No tardamos en llegar a otro desvío en el que hay un refugio y dónde ya entramos en la vega del río Silván. Por la parte alta derecha se iba contorneando la silueta del pico El Águila bajo el cual caminábamos ahora. Por delante se iba dibujando un bello cuadro de colores del amanecer sobre las cumbres del otro lado del valle y algunas de los Mampodres. Poco antes de las siete de la mañana entrábamos en Puebla de Lillo atravesando de nuevo sus calles hacia el desvío de Redipollos en el que se emplaza el camping.



En las tiendas nos acomodamos para intentar dormir un poco a pesar de la claridad que ya lo inundaba todo.

Unos antes y otros después nos fuimos levantando a media mañana. Supimos que el mastín era del camping y el día antes había marchado con otro grupo de montañeros que no había regresado allí.

Nos acercamos hasta el bar para desayunar un poco y allí nos cambió a algunos un poco la imagen.....

De vuelta a la parcela lo recogimos todo y nos acercamos al centro del pueblo para estudiar una ruta sin muchas complicaciones y sencilla para ese día. Camino de Cofiñal vimos un cartel de la que iba hasta el lago de Isoba por las minas de talco y nos decidimos por ella. En vez de hacerla de ida y vuelta, volveríamos por Entrevados.





Pasadas las dos de la tarde emprendimos la marcha por un camino en la loma entre la carretera de Isoba y Cofiñal. Entre un bello bosque de hayas, y atravesando verdes praderas, fuimos ganando altura con bonitas vistas del valle del río Silván. Podíamos ver la última parte de la ruta hecha la noche anterior. El cielo se iba ennegreciendo por oscuros nubarrones.




Llegamos a un punto desde el cual emprendimos un fuerte descenso por un sendero estrecho y resbaladizo que nos bajó varios metros en poco tiempo. Apenas llaneamos unos minutos antes de remontar de nuevo la ladera que nos llevó hasta una entrada de la mina de San Andrés. Nos internamos unos metros en esta antigua explotación de talco de la que luego vimos un cartel explicativo.



Tras un tramo más de pronunciada subida llegamos al lago de Isoba a las 16:30 h. En él comimos al lado de un refugio antes de retomar la marcha e internarnos en el desfiladero de Entrevados. Por el estrecho y pedregoso sendero fuimos perdiendo altura paralelos al río Isoba en el que se forman numerosas cascadas. Ya en la parte baja enlazamos con la carretera que sube al puerto de Las Señales. En sentido contrario bajamos nosotros hacia Cofiñal por el que pasamos poco después.






Por la carretera recorrimos el último tramo hasta Puebla de Lillo a la entrada del cual teníamos los vehículos. Eran las 20:00 h. Allí nos cambiamos y en un bar cercano tomamos un refrigerio antes de emprender el regreso a León.


Así transcurrió esta primera experiencia nocturna de este año. Nos queda una segunda en Agosto que será una ascensión y está sin determinar.

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