COMO
CADA AÑO POR ESTAS FECHAS HEMOS CELEBRADO EL ENCUENTRO ANUAL DEL CLUB. EN EL SE
PRETENDE REUNIR A LA MAYOR PARTE DE LOS SOCIOS DEL MISMO, Y QUIEN QUIERA
AGREGARSE, PARA REALIZAR UNA RUTA DE MONTAÑA Y TERMINAR CON LA PARTE
GASTRONÓMICA A LA HORA DE LA COMIDA O MERIENDA, SEGÚN SE TERCIE.
ADEMÁS
QUEREMOS QUE SEA TAMBIÉN UN PEQUEÑO RECUERDO A NUESTRO COMPAÑERO ROBERTO PÉREZ,
QUE HACE UNOS AÑOS NOS DEJÓ EN PLENA JUVENTUD.
EN SU
MEMORIA.
(NOTA:
Pinchando sobre las fotos pueden verse con la calidad original)
En Torrebarrio, 1200 m, nos hemos reunido la mayoría de los
participantes de esta actividad mientras otros decidieron ir más tarde y hacer
otra ruta más sencilla a Casa Mieres desde Pinos. Con una blanca helada y
bastante frío emprendimos la marcha por el ancho camino que pasa bajo la
iglesia del pueblo. El sol comenzó a iluminar el valle y las cumbres de la zona
de Torrestío y los lagos de Saliencia.
Abandonamos más arriba el camino hacia el sendero hitado bajo la Ubiña
Grande y con dirección al Ronzón. Allí cada uno fue cogiendo la senda que mejor
le parecía de las otras alternativas que van subiendo hacia dicho collado
emplazado 800 metros por encima del pueblo. El sol comenzó a darnos de frente agradeciendo
su calor pero causando gran molestia por el contraluz que nos hacía.
Alcanzamos este collado entre
Peña Ubiña Grande y la Pequeña y pisamos la primera nieve de la temporada.
Desde allí nos metimos en la falda de esta última para bordearla por su cara
Este hacia una canal de fácil acceso casi en su vertiente sur. Teniendo precaución
con los huecos tapados por la nieve, por otro lado no muy abundante, bordeamos
la peña hasta llegar a dicha canal de fuerte pendiente pero fácil subida por el
sendero zigzagueante muy marcado.
Tras
algunas trepadas sin dificultad alguna, y sin encontrar ninguno de los temidos
pasos que dan mala fama a esta cumbre, alcanzamos el cresteo a la cima. Tras
dejar atrás un curioso hueco entre rocas a propósito para enmarcar unas fotos,
llegamos a la misma en pocos minutos. Su altitud es de 2197 m.
La vista no podía ser más amplia
en redondo ni el día más claro para disfrutarla. Por debajo contemplábamos
numerosos pueblos del valle y al Norte se elevaba por encima de nosotros su “hermana
mayor”, en la cual veíamos un numeroso grupo de montañeros.
Nos
acomodamos para comer disfrutando de todo ello decidiendo entonces el descenso
por su cara Suroeste.
Por ella se precipita una canal con varios destrepes que pasamos sin
mucha dificultad hasta un collado donde la ladera quedaba “limpia” y cómoda
para seguir el descenso. Por allí fuimos bordeando la peña, esta vez por su
cara Oeste, mientras comenzamos a ver varios parapentes por encima de nosotros
hacia la zona de la Ubiña Grande.
Tranquilamente fuimos perdiendo
altura pasando varios metros bajo el Ronzón y enlazando con el camino en el
mismo punto que antes lo habíamos abandonado. Mientras unos seguíamos por él,
otros decidían bajar siguiendo una loma intermedia que les llevaba a la iglesia
desde la que baja una pista cementada. En las pradería pudimos ver corros de
arboleda con unos bellos y vivos colores otoñales.
Entramos
así en Torrebarrio en el que nos cambiamos antes de emprender el corto trayecto
hasta Villasecino en el que teníamos reservada la comida.
Allí nos reunimos el grupo de 16 personas al completo acomodándonos en
el comedor del restaurante García, con bonita y sencilla decoración. En él
degustamos el rico menú que nos tenían preparado y que no dudamos en “engullir”
tras el esfuerzo realizado. Tras un rato de sobremesa y charla salimos fuera
dónde nos sacamos la foto de todos los participantes y que sirve de portada en
esta entrada del blog.
Mientras unos regresaban enseguida hacia Léon, otros quedábamos a dar un
paseo por el pueblo favorecido con la luz de atardecer. En él destaca la casona
- palacio de Garcia Lorenzana entre otras edificaciones de singular estilo.
Tras este paseo, y con las temperaturas en claro descenso, regresamos al
punto de partida donde el resto emprendimos el regreso también. Mientras la
mayoría lo hacía hacia la capital, dos de nosotros lo hacíamos hacia Asturias
dónde estábamos pasando el fin de semana. Camino del puerto de Ventana y desde
su cota máxima pudimos disfrutar de estas bellas panorámicas con el sol del
ocaso.
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