miércoles, 26 de agosto de 2009

22 y 23.08.2009 XV TRAVESÍA NOCTURNA: Las puentes de mal paso.

A las 9 de la noche del sábado salimos de Guzmán: Nati, Javi, Álvaro, Pedro y Roberto; nuestro destino era Molinaseca, donde habíamos quedado con Gabriela y donde empezaba la ruta nocturna.
Dicha ruta lleva hasta Riego de Ambros, allí pensabamos acampar, para a la mañana siguiente recogerlo todo y volver a Molinaseca.
El tiempo era muy caluroso, por eso, pese a ser una ruta nocturna, fuimos la mayoría del tiempo en mangas de camiseta y sudando.
El encanto de esta ruta nocturna radica en que se realiza por sendero en vez de por pista, lo cual hace que vayas metido por el bosque todo el rato.
La luz de los frontales nos permitía guiarnos; pero cuando la apagábamos, se podía disfrutar de la oscuridad de los valles y de la multitud de estrellas.
La puente grande aparece entre la oscuridad.
El grupo junto al castaño milenario, ya muy cerca de Riego de Ambros.
En la plaza principal de Riego de Ambros.
Algunos teníamos la idea de hacer vivac (dormir al aire libre) en vez de pasar la noche en tienda, sin embargo el prado que elegimos para
acampar no era muy apropiado para vivaquear. Pese a ello Nati y Pedro durmieron al aire libre.
Los frontales nos fueron de gran ayuda a la hora de montar las dos tiendas a las 4:30 de la mañana.
Las horas de sueño fueron más bien escasas, aunque algunos pudieron conciliar mejor que otros.
Pedro se hacía el remolón...., el vivac con los mosquitos no le había dejado descansar mucho.
La zona en la que acampamos tenía excelentes vistas hacia Ponferrada y hacia el Morredero.

Una vez desayunados recogimos las cosas, y cargados hasta los topes iniciamos la vuelta.
No sin antes hacer una visita diurna al precioso pueblo de Riego de Ambros.
Saliendo del pueblo nos íbamos dando cuenta del caluroso día que nos esperaba.
El castaño milenario, esta vez de día , nos cobijaba con su sombra.
Javi, como un auténtico Sherpa, iba cargado hasta los topes y a todos nos llamaba la atención su peculiar forma de "mochila ladeada".
Por el camino, Nati aprovechaba para enseñarnos las plantas y explicarnos su utilización.
La puente grande , con su aroyo y sus pozas era el lugar ideal para hacer una parada y darse un baño.

Aunque el baño se agradeció, la temperatura y la carga no daban tregua.
Por fin se divisaba la iglesia de Molinaseca.
Una vez tomado un refrigerio, fuimos sin dudarlo a darnos otro baño.
Pedro y Gabriela, que aún se encontraban en plena forma nos deleitaron con una competición al más alto nivel....
El agua helada se agradecía.
Como por culpa del calor ese día no habíamos comido, decidimos parar a la vuelta en el merendero que hay al lado de la Cruz de Ferro.

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