COMO CADA AÑO POR ESTAS FECHAS, HEMOS CELEBRADO EL ENCUENTRO DE MONTAÑEROS LEONESES, QUE EN ESTA OCASIÓN CUMPLÍA SUS QUINCE EDICIONES. LA DELEGACIÓN LEONESA DE MONTAÑISMO ES LA ENCARGADA DE SU ORGANIZACIÓN JUNTO CON UN CLUB PROVINCIAL, QUE EN ESTA OCASIÓN FUE EL “TELENO” DE LA BAÑEZA. LA RUTA PARTÍA DEL ALTO DEL PEÑÓN PARA ASCENDER AL PICO VIZCODILLO. DESCENDIMOS LUEGO AL LAGO DE TRUCHILLAS Y POR EL VALLE LLEGAMOS A TRUCHILLAS. TRAS UNOS KILÓMETROS MÁS TERMINAMOS LA MARCHA EN EL PUEBLO DE TRUCHAS DONDE SE CELEBRABA LA FIESTA.
(NOTA: Pinchando sobre las fotos pueden verse con mejor calidad y más grandes)
Camino de la cima del puerto El Peñón tuvimos una amplia vista del pico Vizcodillo y el cresteo hasta el mismo.
En el mismo Alto del Peñón, 1841 m, límite provincial de León y Zamora, comenzamos la marcha el conjunto de participantes entre los que nos encontrábamos los 8 componentes de nuestro club.
Si ya en el puerto el panorama era oscuro, según íbamos ganando altura fue empeorando la cosa llegando a extremos casi invernales. El viento, lluvia y niebla llegaban a retrasar el avance cómodo por las crestas. Con todo, ese mismo paisaje formaba a ratos verdaderas postales.
Ya cerca de la cumbre el terreno se volvió pedregoso con el peligro añadido de resbalar por las rocas mojadas.
Por fin alcanzamos la cima del pico Vizcodillo con una altitud de 2121 metros. En la misma apenas nos detuvimos para sacar esta foto ya que era casi imposible detenerse allí. Las vistas seguían siendo espectaculares entre los jirones de niebla que nos envolvían a ratos.
Enseguida comenzamos el descenso por la ladera sur tapizada por un inmenso manto de escobas floridas.
Tras varios metros de bajada divisamos el bonito Lago Truchillas encajonado en el hoyo glacial a una altitud de unos 1800 metros.
Ya apremiados por los organizadores pasamos por este bello lugar antes de meternos en el valle con dirección a Truchillas. El sendero entraba a tramos entre matorral alto y otros atravesaba verdes praderías.
A primera hora de la tarde comenzó a despejar el cielo dejándonos disfrutar por fin de unos paisajes de contrastes espectaculares.
Pasamos un par de puentes sobre el arroyo antes de enlazar con un ancho camino entre laderas llenas de bosques con diferentes tonalidades.
Así llegamos a la carretera que sube hacia el puerto cerca de la cual, en un merendero, encontramos numeroso personal comiendo.
El siguiente tramo transcurrió por un camino paralelo a dicha carretera saliendo a ésta poco antes de Truchillas, 1150 m.
Enseguida entramos en dicho pueblo contemplando alguno de los bellos rincones que esconde.
Atravesamos sus calles para volver a meternos en otro camino con dirección al final de la ruta, Truchas. No tardamos en ver cómo volvían a aparecer negros nubarrones detrás de nosotros presagiando la tormenta posterior.
Con esa amenaza entramos en Truchas llegando justo a la hora límite acordada para el comienzo de la fiesta.
Pues bien, y ahora voy a ser un poco crítico y creo que hablo en boca del resto de componentes del club que asistimos. O la misma se había adelantado, lo cual no me parece razonable, o que alguien me explique lo siguiente: Cuando se entregó la placa al club organizador o porqué apenas había de “merienda” tan solo cuatro refrescos y unas pastas. Bien es cierto que la tormenta que luego descargó deslució un poco el evento, pero una cosa no quita la otra.
Con todo, intentamos pasar un buen rato y aquí tenemos a Álvaro intentando domar un caballo salvaje o los demás bailando al son de los dulzaineros, que intentaban animar como podían a los escasos participantes que por allí se reunían.
Una hora antes de lo previsto, además, emprendimos el regreso a León. En Castrocontrigo nos metieron en ganas para tomar un chocolate, y no llegamos a bajar. Sí lo habíamos hecho a la ida. Con amenaza de tormenta llegamos a la capital donde terminó esta irregular jornada de montaña, en todos los sentidos, tanto organizativa como climatológica.
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