(NOTA: Pinchando sobre las fotos pueden verse con la calidad original y más grandes)
APROVECHANDO ESTE LARGO FIN DE SEMANA FESTIVO, NOS HEMOS IDO A LA PROVINCIA CANTABRA PARA INTENTAR, DE NUEVO SIN ÉXITO, LA ASCENSIÓN AL CASTRO VALNERA. UNA VEZ MÁS LA MALA CLIMATOLOGÍA NOS LO IMPIDIÓ, AUNQUE SÍ REALIZAMOS LA TRAVESÍA PREVISTA POR EL BOSQUE DE HAYACORVA Y UNA SEGUNDA POR LOS CAÑONES DEL EBRO, EN BURGOS, COMO YA HICIMOS EL PASADO AÑO.
Parte del grupo se había ido la mañana del sábado 23 mientras el resto lo hacíamos de tarde. Nos detuvimos unos minutos en Reinosa a estirar las piernas antes de retomar el viaje hacia Santander, en el cual decidimos entrar un rato a pasear por la playa.Sin mucho retraso emprendimos el viaje hacia Liérganes, población en la que teníamos acordada la pernocta en los apartamentos rurales “La Cabaña”. Allí cenamos y nos reunimos con el resto del grupo.
El domingo 24, con los cielos cubiertos y lloviznando, decidimos adelantar la ruta prevista para el lunes, el Bosque de Hayacorva, en Ucieda. La ruta circular de unos 12 Km transcurre por un ancho camino entre un bello bosque de enormes hayas y otras especies arbóreas así como grandes helechales. La neblina entre el mismo daba al paisaje un tono místico que sin embargo restaba la pista por la que ascendíamos. Llegamos así al gran haya que da nombre a la ruta y en la que dimos un brusco giro para continuar un ascenso más pronunciado con dirección al refugio de Urizosas. Por el camino embarrado alcanzamos un punto donde abandonamos la pista para seguir un sendero que enseguida se perdió en unas praderías. Atravesamos las mismas para meternos en las faldas de un monte en medio del cual se encuentra dicho refugio. A él llegó poco después un grupo que venía a la par nuestra.
Tras unos minutos en el mismo desandamos el sendero para seguir de nuevo por el camino bordeando toda la cabecera del valle que entre los claros podíamos ver a ratos. Nos detuvimos a comer en un bonito rincón cerca de un arroyo retomando de nuevo la marcha minutos más tarde. Entre la arboleda vimos un curioso tronco con la forma de un gato sentado y pico de lechuza, extraña mutación. El camino nos llevó dando numerosos rodeos mientras perdíamos altura hacia el punto de conexión con el ramal de subida. Poco más adelante terminamos la ruta en La Casa del Monte, donde había una cabaña que bien nos pareció típica de las películas del Oeste.
A primera hora de la tarde habíamos terminado la marcha, y tras tomar un café en un bar de la carretera, visitamos otro bello rincón cercano a Cabezón de la Sal, un bosque de secuoyas con ejemplares de varios metros de altura y algunos de buen grosor.
La lluvia había cesado y decidimos irnos hasta Comillas donde algunos nos dimos un buen chapuzón en las frías aguas cantábricas. Luego visitamos la localidad en la que se encuentra “El Capricho de Gaudí” al que algunos entramos a ver, mereciendo realmente la pena los 5 € de la entrada.
Regresamos a por los coches para seguir haciendo turismo, esta vez en Santillana del Mar. Recorrimos sus bonitas calles y visitamos el museo del Barquillero.
Sin más nos dirigimos a Liérganes, donde llovía con ganas, y como ya estaba planeado, cenamos en un restaurante cómodamente antes de terminar esa jornada dominical.
El lunes 25 amaneció aún peor que el día antes. Las nieblas y lluvia cubrían totalmente el paisaje. Tras dilucidar entre todos decidimos volver hacia Burgos y hacer una ruta por el Cañón del Ebro, en el que también estuvimos el pasado año por la zona de Orbaneja del Castillo. Camino del puerto El Escudo, límite provincial, paramos en Ontaneda para comprar unos sobaos y quesadas, como no podía ser menos estando en Cantabria. Dejamos atrás este puerto y el cielo comenzó a despejarse. Después de otra parada más llegamos a Valdelateja, bello pueblo burgalés emplazado en medio del cañón del río Rudrón, afluente del Ebro al que se une poco después.
Paralelos al primero salimos por un sendero contemplando la maravilla visual del desfiladero con paredes de varios metros de altura a cada lado. Pasamos zonas de bosque y pedreros antes de llegar a un estrecho puente sobre el Ebro tras el cual se encuentra la Ermita de Ntra. Sra. Del Ebro. La idea era regresar desde allí al punto de partida, pero por circunstancias que no vienen al caso, algunos terminamos haciendo la ruta completa hasta Quintanilla Escalada con un total de unos 9 Km. Paralelo al camino transcurre en este tramo un canal. Allí el sol calentaba realmente con fuerza estival.
Desde este pueblo, y con los coches que habían acercado los compañeros que habían dado la vuelta antes, regresamos a Valdelateja donde habíamos reservado para comer también ese día en plan “turista”. Nos acomodamos en la terraza de un restaurante, en el que también estaba un conocido músico con el que Antonio se sacó una foto. A la agradecida sombra comimos tranquilamente y sin prisa alguna ya que no había más plan que el regreso, que comenzamos a media tarde.
Tras una parada en un área de servicio de la autovía llegamos a la capital a última hora de la tarde.
A pesar de no poder una vez más ascender el Castro Valnera, los planes alternativos resultaron del todo satisfactorios.
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