(NOTAS: Pinchando sobre las fotos pueden verse con la calidad original y más grandes. Por problemas técnicos del blog no puedo insertar bien el texto y las fotos centradas, por lo que al comienzo haré un pequeño resumen de la marcha)
Como ya es habitual en la época estival, el club de montaña realiza un par de marchas nocturnas. En esta ocasión elegimos la de “Las Fuentes Medicinales de Noceda del Bierzo”, ruta sencilla y bien marcada que a su vez resulta interesante incluso de noche, como bien se puede comprobar en la siguientes fotos.
En el camping de Noceda, en el que ya habíamos acordado la estancia para esa noche, nos dispusimos a cenar en un merendero del recinto. La lluvia amenazante no tardó en caer haciéndonos resguardar bajo un soportal del mismo camping. Por suerte cesó enseguida y decidimos montar las tiendas antes de comenzar la marcha, aún a riesgo que se mojasen durante la misma.
A la 1:15 horas comenzamos a caminar saliendo del recinto al mismo inicio de la ruta marcada. Enseguida comenzamos a encontrarnos con numerosos bichos nocturnos como arañas o enormes sapos. La pista asciende cómodamente entre arboleda por la que se colaban los rayos de la luna llena que sí llegaba a iluminar en tramos abiertos.
Enseguida llegamos a la primera fuente, la de “Juan Álvarez”, en la que bebimos un buen trago de agua......... a ver si realmente es medicinal. Seguimos el ancho camino con tramos embarrados que intentamos sortear como pudimos.
Llegamos así al final del mismo y enlazamos con un sendero que comenzaba a ascender bruscamente haciendo algunos zigzag. Allí nos abandonaron Nati y Cundi que emprendían el regreso.
Echando la vista al valle vimos un bello efecto de la luz lunar y la de los pueblos lejanos reflejadas en el cielo y nubes. Algunas iban parando a contemplar las plantas y otros vegetales del sendero, el cual nos llevó luego a un puente sobre el arroyo por el que cruzamos a la margen contraria.
Atravesamos entonces una zona rocosa y ascendimos unos metros hasta la bifurcación de la segunda de las fuentes, la del “Azufre”. La misma se emplaza en un entorno espectacular que logré fotografiar y plasmar luego, con la ayuda eso sí, de retoques de luz y contraste. Además del manantial en sí, que ya es una belleza, una cascada dentro de una semicavidad remata este entorno idílico. En la misma conseguimos sacarnos una foto tras destrepar por la roca y pasar un pequeño tramo al lado del lago que forma en su base.
Enlazamos de nuevo con la ruta para seguir subiendo un pequeño tramo más hasta el desvío de la siguiente fuente, la de “La Salud”. Tanto en ésta como en las restantes, una placa indica el nombre de la misma y sus cualidades medicinales. Esta fuente es de singular belleza también por el contraste del musgo verde y el color rojizo del oxido producido por el agua en la roca. Es la mas ferruginosa de todas y realmente su sabor a hierro lo demuestra.
Seguimos el sendero entre un bonito bosque que formaba un verdadero túnel sobre nosotros atravesando un nuevo puente de madera sobre otro arroyo. De esa forma salimos a una ancha pista que suavemente, y mientras las primeras luces del alba aparecían, nos llevó hasta el mirador de La Gualta, parte más alta de la ruta. Eran entonces las 6:00 h. de la mañana.
A la hora de llegar estaba muy calmada la noche, pero enseguida comenzó a soplar un frió viento que nos hizo guarecernos a la abrigada de las rocas. No faltó quien echó una cabezadita y todo.
Poco a poco fue viéndose el valle por el que habíamos subido y otros más amplios en la lejanía. El colorido del amanecer merecía la pena aquel “sufrimiento” por el frío.
Ya con el sol luciendo, aunque aún no en aquel punto, emprendimos el descenso para seguir cerrando la ruta circular. Nos encontramos un tramo de fuerte repecho y de mal firme en el que unas cuerdas ayudan a descenderlo. Un desvío más adelante nos dirigió a la cascada de La Gualta, un bello salto no muy ancho pero de varios metros de caída en dos cascadas sucesivas.
El bosque rodeaba aquel bonito paraje y por él descendimos bruscamente hasta suavizarse en la falda de la cabecera del valle, diferente a la primera por la que habíamos subido. En este tramo no faltó el humor, yo creo que acentuado por no haber dormido, y alguno se ponía a imitar animales y cosas raras......... le dejaremos.
Tras el abandono de nuestro compañero Alex, que había bajado mucho antes desde el mirador, quedábamos “los mejores”: Marichus, Alba, Álva....ro y un servidor, Javi. Entre matorrales y arboleda fuimos perdiendo altura dejando atrás otra de las fuentes, la del “Canalillo”, ésta muy sencilla. Más adelante nos desviamos del sendero para comenzar a subir por la ladera siguiendo otro que nos llevó a la última fuente de la ruta, la del “Rubio”.
Un último esfuerzo de subida nos enlazó con otra ancha pista que ya descendía hacia Noceda entre algunos grandes castaños.
Entramos en el pueblo a las 10:20 horas caminando por sus calles llenas de huertas cargadas de flores. En la plaza nos sacó una foto una vecina del mismo y sin más nos encaminamos hacia el camping donde entramos poco antes de las 11:00 h de la mañana.
Aquí cada uno hicimos una cosa. Algunos fueron a desayunar al bar, otros en el camping, otros dormían, etc. etc. Mas tarde lo recogimos todo, y tras deliberar que hacer el resto de la jornada, y las ganas que teníamos de hacerlo, decidimos emprender el regreso a León cuando eran las 15:00 horas, más o menos.
De camino entramos en San Román donde nos tomamos un merecido refrigerio en una terraza antes de recorrer el último tramo a la capital.
Con ello creo resumir todo lo acontecido en esta especial jornada de montaña que viene siendo habitual en el club en la época veraniega.
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