miércoles, 27 de abril de 2011

CUEVA DEL COBRE (PALENCIA) 27-04-11

COMO SEGUNDA SALIDA DE ESTE MES DE ABRIL TENÍAMOS PROGRAMADA ESTA BONITA TRAVESÍA A LA “CUEVA DE COBRE”, EN PALENCIA. HASTA ALLÍ NOS HEMOS ACERCADO LOS SIETE COMPONENTES DE ESTA ACTIVIDAD. EL CIELO DESPEJADO NOS ANIMABA PARA LA RUTA, Y AUNQUE A LO LARGO DE LA MISMA FUERON APARECIENDO NUBARRONES, SE CONTUVO LA LLUVIA.

Aparcamos los coches en las afueras de Santa María de Redondo, de donde parte la ruta señalizada a la “Fuente o Cueva de Cobre”. De allí partimos por un ancho camino que poco a poco ascendía paralelo al río Pisuerga, hacia cuyo nacimiento íbamos.

Al otro lado del cauce se elevaban algunos picachos que ya formaban sombra con el sol del amanecer.

Hacia atrás comenzaban a emerger cumbres de la zona del alto Carrión según íbamos ganando altura. Las laderas se empezaban a cubrir de bosque con tonos aún muy marrones en los que comenzaba a despuntar la primavera.

Poco a poco comenzamos a ver las varias cabeceras que se bifurcan en este Valle de Los Redondos.
No tardamos en meternos en el bosque en el que nos encontramos con ejemplares de gran envergadura, así como bonitos rincones cargados de verdes acebos que formaban túneles sobre nosotros.





Ya fuera del mismo se divisaban por encima las formaciones rocosas en las que se emplazaba la cueva. Por debajo pastaba numeroso ganado en las verdes praderías.
Entramos luego en lo que parecía el cauce seco de un arroyo con terreno pedregoso donde la pendiente se hizo más pronunciada. El grupo se había ido dividiendo caminando cada uno a un ritmo diferente. Antes de llegar a la cueva se allanó un poco el terreno entre algunos matorrales de gran tamaño.

Por fin divisamos la entrada de la cavidad situada en la parte baja de los riscos. Ya se ven algunas nubes apareciendo por el norte.
Tras llegar a la misma, donde ya estaban algunos compañeros, nos equipamos con unos frontales para entrar unos metros hacia la profundidad. Por el interior corre el río Pisuerga, que realmente nace varios metros por encima, en la falda del pico Valdecebollas, para emerger en esta Cueva del Cobre. El suelo resbaladizo y la falta de luz nos hacía extremar la precaución en el interior, donde estuvimos unos minutos.




A la salida algunos decidimos subir a la parte alta del macizo rocoso. Seguimos un sendero medio marcado que zigzagueaba por la ladera derecha y que nos situó encima de aquellos peñascos, aunque por encima aún quedaban mucho más desnivel hasta la cresta. Nos sacamos una foto con el banderín y disfrutamos del paisaje amplio con las numerosas cumbres, como el cercano Valdecebollas y los más lejanos Picos de Europa entre otros.




A la abrigada de unas rocas, ya que estaba bastante fresco, nos acomodamos para comer tranquilamente mientras veíamos aparecer negros nubarrones por el norte. Hubo quien se tumbó a dormir la siesta y todo.
Tras la comida descendimos por la parte izquierda hasta la entrada de la caverna. Ya sin entrar a la misma emprendimos el descenso con intención de hacerlo por la margen del río. Antes de llegar a éste algunos sufrimos una extraña mutación en la cabeza. Como muestra aquí está la foto mía. Por suerte fue temporal y enseguida cayeron.
Bajamos al mismo cauce donde pudimos ver rincones realmente bonitos y con colores de contrastes espectaculares. El sendero apenas es visible, ya que la ruta no está marcada por allí, aunque parte de ella es circular. De todas formas merece la pena adentrarse en este rincón que yo conocía de la vez anterior.



Abandonamos el pequeño “desfiladero” y salimos a unas praderías que no desmerecían la belleza anterior. Allí sí estaba el sendero mejor marcado y por él salimos a un ancho camino que llegaba a estos pastos.


Paralelos de nuevo al río, pero unos metros por encima de éste, fuimos perdiendo altura hasta llegar al cruce donde habíamos abandonado éste por la mañana para subir por la parte alta siguiendo las marcas “oficiales”.
De nuevo comenzamos a ver las cumbres del Cueto Mañín, Cuchillón, Tres Mares, etc. situadas por encima de la Cueva del Cobre y en el macizo de Peña Labra, cuya cumbre se desploma en el puerto de Piedrasluengas y a la que ya ascendimos dentro del club. En las praderas vimos ahora varios caballos pastando al otro lado del río, que poco antes habíamos atravesado por un puente.


El ultimo tramo fuimos bajando suavemente hasta el lugar donde teníamos los coches. En ellos emprendimos el regreso a León parando en Cervera de Pisuerga para tomar un refrigerio. Una bonita ruta, sencilla, pero con bellas postales de recuerdo.

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